El sector vitivinícola, en la mira de los especialistas

03/08/08
Fuente: Diario Uno | Luis Gregorio

En España y Francia hay preocupación por el descenso del consumo per cápita, la crisis económica y la competencia de vinos argentinos. En Europa existe una marcada preocupación por el presente de la vitivinicultura a raíz de la baja en el consumo y las políticas que imperan en el sector. Desde ópticas distintas, la industria es mirada con atención a raíz de la proliferación de marcas, inversores con mucho glamour y poco conocimiento y una demanda que no asimila la oferta. Y en España también causa inquietud la competencia de los vinos del cono Sur, especialmente de la Argentina, en los mercados …

Para Luis García Torrens, director de la revista especializada Vinos de España, el mundo vitivinícola en ese país no es ajeno a los tiempos de desaceleración que vive la economía de su país y de la Unión Europea en general. En un editorial titulado “La burbuja vitivinícola”, el sector no escapa a la crisis. “El evidente descenso del consumo per cápita (todos los años desciende un poco más); una economía en recesión, que hace apretarse el cinturón a los de siempre, los mismos que suelen salir a cenar habitualmente; unas leyes cada vez más severas en lo que respecta al alcohol, que disuaden a muchos de los que vivimos en el extrarradio y que dependemos del coche para trasladarnos… Con todos estos condicionantes, y algunos más que paso por alto, no parece que a las bodegas se les presente un panorama halagüeño para incrementar sus ventas”, sostiene García Torrens.

“Tampoco da la sensación de que las exportaciones sean el clavo al que agarrarse debido a la competencia de mercados más baratos, como los del cono Sur, principalmente Argentina”, añade.

Según el editorialista, las bodegas en España se van defendiendo del exceso de stock lanzando nuevas marcas. “Pero esto no deja de ser pan para hoy y hambre para mañana, ya que están creando tal saturación que el consumidor no sabe adónde acudir”. De paso pide no olvidar que un consumidor medio, por lo menos en España, es apenas capaz de recordar seis u ocho marcas.

García Torrens también advierte sobre los precios y categorías de los vinos a la hora de decidir y la irrupción de empresarios ajenos al sector.

“Así que con la saturación a un lado y el confusionismo al otro, convendría que las bodegas pensasen en deshinchar esa burbuja buscando la racionalización y evitando medidas que no significan más que una huida hacia adelante”, reflexiona.

Con argumentos más directos y explosivos aún, también se expresó este último mes el presidente de la Academia del Vino de Francia, Jean Pierre Perrin, un viticultor de Beaucastel, 64 años.

“Venimos de la pobreza y tenemos que ser modestos o perderemos el alma, y si perdemos el alma, después perderemos el dinero y las bodegas y las viñas y las tierras”, expresa en una entrevista de Lluís Amiguet en La Vanguardia. Sostiene que en Francia y España muchos ricos y famosos se han lanzado a la vitivinicultura sin saber. “Vulgares mezclas a precios de locura”, se exalta Perrin, para quien como en el vino “no hay reglas para alcanzar la madurez, sólo experiencias”. “Al ver los Ferrari y los Maseratti por las viñas quemando combustible me pregunto si no nos habremos vuelto locos”, dice Perrin, cuya ascendencia está marcada por prestigiosos viticultores. ¡Esas tierras de multinacional han perdido el alma! El vino es el alma de una familia, no una inversión más”, asegura.

http://edimpresa.diariouno.net.ar/2008/08/03/nota188207.html